Con tres piezas mínimas entrelazadas se estrenó la obra "P.H.", del grupo Sur Menage.
La puesta en escena es del director Gustavo Lioy.
Se repite el sábado próximo, a las 21:30.
NEUQUÉN (AN).- Bien arriba, musicalizado con el ímpetu de los Rolling Stones y la sutileza de Bossa Stones, ese es el punto de partida de las tres miniaturas breves que se entrelazan en "P.H.", la obra con puesta en escena y dirección de Gustavo Lioy. Abrazado al género del humor, con textos de Javier Daulte y Andrea Garrote, este director pone de manifiesto la inclinación y el talento para bucear en los intersticios del mundo femenino.
Ciertas formas de enajenación, el miedo y la fobia a la soledad, los lazos enfermizos entre hermanas y el engaño amoroso se vislumbran en los textos y personajes con buena calidad interpretativa.
La obra, que se estrenó el sábado pasado en La Conrado Centro Cultural, cuenta con una acertada música chill-out y una escenografía de elementos mínimos. Ayudan a contar que se trata de tres historias que suceden en un mismo edificio casi en forma simultánea. La dirección de Gustavo Lioy es lo suficientemente ajustada a la hora de utilizar ciertos guiños que le permiten al espectador ligar las historias en un mismo tiempo y espacio.
Las dos actrices del grupo Sur Menage -Ely Navarro e Inés Hidalgo- logran superar muchas veces la calidad de los textos y generar situaciones de humor potentes. A lo largo de los 45 minutos que dura la obra, y en un marco de humor, las actrices encuentran la forma acertada y los rasgos personales para mutar de personaje sin grandes alteraciones.
Un balcón de un segundo piso es el escenario donde transcurre la primera obra, "Dos mujeres" de Javier Daulte. Dos amigas jóvenes adultas convivientes, situadas en un extremo del escenario, esperan la llegada de un desconocido que contactaron a través de una revista. Está Alejandra (Ely Navarro) cuyo carácter fuerte se impone sobre Clara (Inés Hidalgo), un tanto ilusa y fantasiosa; ambas están nerviosas, sacadas, hablan de cómo será la cita y fantasean con una relación casual que las libere (aunque sea por un rato) de la soledad. Se perfuman, discuten, se enfrentan y esperan, una espera que pone al desnudo sus frustraciones, sus angustias, sus miserias.
En "La otra" (de Daulte) Clara recibe la visita de su hermana mayor, que la supera en carácter y personalidad. La dueña del departamento recibe a "la otra" con un hombre muerto en la bañera, situación que dejará ver la rivalidad entre las hermanas y el mundo atormentado en el que viven. La ironía va aflorando a lo largo de los textos, aunque por momentos éstos hacen declinar el ritmo de la obra, como si la historia no cerrara por alguna parte.
Al final llega "La ropa" de Andrea Garrote, que narra el encuentro entre la mujer y la amante de un mismo hombre en una fiesta, en el patio de la planta baja. Si bien esta pieza es tan mínima como las anteriores, se destaca por el trabajo actoral y la riqueza de los diálogos.
Con fina percepción y un final inesperado, Lioy logra describir esas zonas oscuras y los interrogantes que perturban el mundo de estas seis mujeres. //
Nqn 12/12/07
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